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sábado, 29 de junio de 2013

PUNTUALIZANDO

PUNTUALIZANDO
 
   
 
("De puntos y comas" o "Que sí, que cuenta como falta")
 
   
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¿Para qué sirve la puntuación? Para introducir descansos en el habla (pero no se descansa en cada signo, y se puede descansar donde no hay signos), para deshacer ambigüedades (pero no todas se pueden eliminar mediante la puntuación, ni ésta es el único modo de hacerlo), para hacer patente la estructura sintáctica de la oración (pero esto se hace también por otros medios), para marcar el ritmo y la melodía de la frase (aunque no todos los signos tienen estos efectos), para distinguir sentidos o usos especiales de ciertas palabras (pero para eso se pueden usar también tipos de letra, como la cursiva), para citar palabras de otro separándolas de las propias (pero eso se logra también con tamaños de letra y sangrados), para transmitir estados de ánimo o posturas ante lo que se dice o escribe (pero no todos tienen un correlato en la puntuación, ni éste es único), para señalar la arquitectura del texto (pero eso también lo hacen los blancos, y las mayúsculas).
Este es el espacio de la puntuación: un espacio con muchas funciones, que sus signos cubren sólo parcialmente, y que no sólo se cubren con sus signos. Pero es un espacio insustituible...
Puntuar bien es un arte, un reto: una necesidad. Su dificultad más grande proviene de que exige un desdoblamiento: el que puntúa debe ponerse en el lugar del que va a leer, sin abandonar el lugar del que está escribiendo. Y tener en cuenta al otro (que horas o decadas después vendrá sobre nuestro texto) siempre supone un esfuerzo...
¿Entenderá mi lector lo que digo? ¿Soy equívoco o ambiguo? ¿Separo bien lo que digo yo de lo que dicen otros? ¿Transmito adecuadamente los estados de ánimo que quiero indicar? ¿Marco como tal una información complementaria, no esencial? ¿Señalo claramente a qué elementos de una enumeración me estoy refiriendo? Cuando uso una palabra en un sentido que no es el habitual, ¿lo doy a entender bien? ¿Señalo mis enunciados incompletos como tales? ¿Me adelanto a una posible mala interpretación? Y también: ¿estropeo lo que quiero decir por exceso de signos, de intromisiones? Estas son algunas de las preguntas que se plantea (aun sin saberlo) la persona que puntúa. Y a todas ellas debe dar respuesta con estos pequeños signos...
 
José Antonio Millán, "Perdón, imposible", RBA y Círculo de Lectores.
 
 
 
 
TEORÍA
 
   
 
Los signos de puntuación en la Biblioteca Virtual
 
   
 
ACTIVIDADES
 
 
La falta de signos de puntuación provoca ambigüedad, errores de interpretación y dificulta considerablemente la lectura de un texto, cuando no la imposibilita directamente. Para comprobar esta afirmación y poner a prueba tus conocimientos al respecto, a continuación tienes unas cuantas actividades.
 
   
   
   
   
   
   
 
ENLACES MUY INTERESANTES
 
 
La página de José Antonio Millán:
 
 
 
 

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