AGRADECIDOS POR SU VISITA

FACEBOOK

jueves, 30 de mayo de 2013

PABLO NERUDA

PABLO NERUDA

Pablo Neruda fue el seudónimo y luego el nombre civil de Ricardo Eliecer Neftalí Reyes Basoalto, que nació en Parral, pueblo de  la región chilena del Maule, en 1904, y murió en Santiago de Chile en 1973. Tras pasar la infancia en Temuco, localidad de la Araucanía, en 1921 se trasladó a Santiago, donde escribió y publicó sus primeros libros.
Pablo Neruda en la época que publicó Veinte poemas de amor y una canción desesperada
Pablo Neruda en la época que publicó Veinte poemas de amor y una canción desesperada
En 1927 inició su existencia viajera: ocupó cargos consulares en Birmania, Ceilán, China, Madrid (193-1938), París y México. De regreso en Chile, en 1945 fue elegido senador por el Partido Comunista. Forzado luego a la vida clandestina y al exilio, viajó por diversos países europeos y China. Tras la elección de Salvador Allende como presidente de Chile, fue nombrado embajador en París, cargo que ocupó hasta poco antes de su muerte.
En su obra poética, que constituye una de las cumbres de la literatura hispánica y que en 1971 fue galardonada con el Premio Nobel, destacan títulos como Crepusculario, Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924), Residencia en la tierra, Tercera residencia, Canto general, Los versos del capitán, Odas elementales, Extravagario y Memorial de Isla Negra. Sus libros de memorias Confieso que he vivido y Para nacer he nacido se publicaron póstumamente.
Pablo Neruda
La abrumadora personalidad de este hombre de credo comunista, resuelta y tozuda hasta el sacrificio por todo aquello en lo que creía, estalla en su obra con un aliento vital que apenas deja entrever las muchas tribulaciones y las muchas horas sombrías que hubo de atravesar. Para los lectores el poeta será siempre aquel personaje tímido, invisible y agazapado que se ocultaba tras los barrotes horizontales y tenues de sus bellos poemas de amor.

VEINTE POEMAS DE AMOR Y UNA CANCIÓN DESESPERADA


POEMA XX

/

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos».
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
/

POEMA XV

(RECITADO POR ALEJANDRO SANZ)

/
Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
/
Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.
neruda340v

0 comentarios :

Publicar un comentario