POEMARIO
DESGARROS
A Chopin, entre las teclas del amor y la muerte.
Chopin ha regresado entre las notas de los ángeles
Ha inundado de besos aforísticos una canción suave
Se desmiembra con el suburbio y la emanación lenta
Los despidos de las fauces del dolor y la furia
El veneno en sus pulmones y la bolsa de arena en la garganta.
Chopin ha dejado de llorar por la mujer-señora
Y ahora alude una sonrisa de la virginal Solange
Solo ella- nos cuenta- puede alargarme la vida;
Las sensaciones y los ecos de los mundos
Y los sueños.
La elucubración perfecta entre la música y su sonrisa
La emanación fúnebre de un resquicio de amor
Y bondad.
Chopin se sabe a punto de morir y de llorar
De olvidarse del mar y la sonrisa de Solange
De toser entre el teclado y el amor;
Chopin no se detiene al viajar,
Ama la vida como el sufrimiento y el desgarro
Que sacude sus pulmones y su corazón.
Oye una pausa entre su música y el público
Y no le queda más que una mueca de angustia
Y un horadado corazón lleno de arena.
NOCTURNO A SOLANGE
“Toda dificultad eludida se convertirá más tarde en un fantasma que perturbará nuestro reposo”.
Frédéric Chopin
Desde mis noches ahogadas invoco tu nombre
Solange, refugio en el medio día
Voz hiriente y tersa
Laguna azul, viento violeta.
Solange, en las voces de la noche
En la comprensión de mi débil figura
Estás ahí
Solange,
Nombre suave y etéreo
Tus cabellos rubios rozan mis mejillas
Juegas a la luz dormida
A los inquietantes desgarros
En mi corazón de difunto
Solange,
No te vayas de mi cuerpo
No desaparezcas con el abominable frío
Escucharemos música, y llorarás hiriente
Con el corazón deshecho,
Pero feliz como solo yo lo he sido.
Nocturno, en los inviernos de Marbella
En las lluvias que ahogan mi garganta
Cómo he querido tu silueta Solange
Acompasada entre la ventana y la muerte
Nocturno entre las teclas del infinito
De lo oscuro y lo funesto
De la revolución sangrienta
Y el amor perdurable
Del amor inocente y la pasión explosiva
Solange
Nocturno
Frío
Muerte
Amor,
No te apartes jamás de mi cuerpo
No te desvanezcas entre los compases del viento
Nuestras lágrimas están empapadas de música
De tiempo
Y la cruel enfermedad
Y agonía
Solange
Dulce niña
Nocturno
Piano
Dios
Y el infinito que no se conmueve
Con esta melodía dedicada
A un gran amor
Y la apostura estridente del invierno y el frío
A la apostura siniestra con que te espera la muerte.
ALMAS
“Los ciclos celestiales en veinte siglos
Nos apartan de Dios y nos aproximan al polvo.”
T.S. Eliot
Entre las sombras y los vientos
Entre las casas de los cuchillos
Transitan las almas muertas
Para qué volver, se dicen entre susurros
De ángeles y de angustia
Para qué tocar la nota con símbolos rojos.
Ya no escuchan los conflictos, los gritos, la sed
Solo gimen acobardados entre penumbras y frío
Entre lástimas y oraciones de ancianas
Entre iglesias derruidas con cantos horribles y Desentonados hacia el mar.
Son espectros que pertenecen a nuestros muertos
A nuestros pesares y hediondos rencores
Las almas muertas son hermosas esquirlas
De un tiempo carcomido por el holocausto del terror.
Su abnegación es el regocijo que sentimos
Al estar vivos
Y sabernos distantes, anhelantes de los marasmos
De las almas muertas
Y la venganza de un Dios infernal ahogando
Nuestra angustia.
CENIZAS
Te quiero entre las plazas atestadas y furiosas
Entre las calamidades de la ciudad con frío
Te quiero entre los árboles resecos y vetustos
Entre el olor a sal y a mar y a tizas.
Una ventana dibuja tu silueta
Siento el aire de un silbido congelado
Y apareces con tus ojos morenos y vivos
Con esa expresión de diosa muerta
Diosa de mármol y de olvido
De pasadas culturas y rituales furtivos.
Te quiero entre las lumbres y las esquinas solitarias
Entre el cobijo de un saco viejo y un cigarrillo negro
Te quiero desde lo lejos de todo un océano
Desde un país sin frutas y con cristales
Gigantes que alcanzan el sol.
Hoy, en las interminables siestas de otoño
He resentido todo un extrañamiento fantasmal
Bostezando quedos y marchitos y sueños,
Lo peor es el temor a embrutecerse...
A dislocar los sentidos
Al efluvio de una canción insonora
A las desesperación de no tocarte y
Percibir tu aroma;
Efluvios, rosas, siluetas descaradas
En la mente sabia y enferma
Lejana y desgarrada
Coloreada y arrancada
Como la juventud que abandonó al anciano
Y las legumbres que jamás existen para el huérfano.
DOLORES
Dolores le llamaban a las llagas que crujían
Al color de tu sombra
A esos espasmos que enternecían la noche
Hasta agotarla en un esputo sanguinolento.
Dolores hemos sentido como agujas
Como pergaminos viejos que guardan
Algún rezo
Que acabe todo, todo esto
Que no vierta su veneno sobre la piel
Ni en la herida abierta
Que no serpentee por los nervios y los vasos
Y las venas
Que no enjuague su boca en nuestro aliento.
Dolores sabe todo esto
Y nos coquetea con su largo y fresco aliento
Con su hiel agridulce y fermentada
Con la fuerza que atraviesa nuestras entrañas.
Pero la perdonamos, la queremos
Y solo esperamos el peor momento
Para que se disuelva entre nuestras manos
Empapadas de lágrimas.
ENTRE LAS CONSTELACIONES Y TU NOMBRE
“...y me guía a través de la noche
La niña de la lámpara azul”.
José María Eguren
Entre las distancias y constelaciones
Invoco el eco de tu carcajada
Niña traviesa vestida de rojo
Ópalo agridulce en el jardín de los cerezos
Vierte el agua de tu boca en la mía
Y agita tu ternura sobre mi corazón.
La estrellas
Son fijas si las miras y lloras
Son mudables si corres hacia el mar
Tus besos son aguas agitadas y bruscas
Inquietantes desvelos que trastocan mi paz.
¿Podría amarte acaso niña azul?
Niña violeta, roja, celeste, estrella, río
¿Podría jugar contigo entre los astros?
Entre la luna llena y las nubes y mareas.
Cómo detendría a la luz entre tus dedos
Cómo silbaría al infinito entre las montañas.
Niña traviesa vestida de rojo
Llama hirviente entre tus ojos azules
Luz de noche incandescente vida mía
Cómo podría amarte, cómo podría...
PASEO EN EL DESIERTO
Entre las sombras que congelan los sueños
Dibujo entretenido la bifurcación de tu espacio
Adorada mía, velo entre las sábanas
Y oro mis maldades hacia el centro de la tierra
Todos los caminos conducen hacia ti...
Los resabios de las noches acaloradas y cortas
Las luminosas espadas que tejieron tantos huesos
Todos, todos, hacia ti...
Enmarañado con un felpo de sentimientos e historietas
Acompasado de lunares y torpes veletas
En los caminos que los dioses dibujaron
Con espejismos
Todos los caminos conducen hacia ti...
Enlutado por el desierto que hinca mis venas
Destrozado por las llagas en las piernas
Acalorado y maltratado sin probar siquiera
Un recodo para la tumultuosa sed
Todos los caminos conducen hacia ti...
No más sueños que despierten melancolías
No más espacios que horaden mi garganta
No más agujas que revienten los ojos.
La lujuria ha despedido su sabor
Y solo quedo yo
Malherido
Y suplicante
Añorando
Todos los caminos conducen hacia ti...
FUEGO
Antaño, si mal no recuerdo, mi vida era un festín
Donde todos los corazones se abrían, donde corrían
Todos los vinos.
Una temporada en el infierno
Arthur Rimbaud
Hoy, que es un día claro después de mil noches
Puedo jugar a la existencia
¡Oh magnífica clarividencia de un cielo azul!
Y arcoíris casi rojos, casi amarillos y celestes,
¡Estupendos colores entre montañas jubilosas y magníficas!
¿Cuánto ha pasado para ver la luz al final del viaje?
Antaño, mi corazón de gitano destilo su rumbo
Por los rincones más ácidos y vivos de la tierra.
Mis ganas de entenderlo todo, saborearlo, conquistarlo, pisotearlo
Y amarlo, me llevaron por el extravío y la divinidad de la locura.
Espacio cibernético, conjunciones entre la luz y las sombras
Pueblos fantasmas, arcaicas mansiones
Y ciudades que levantan las ciencias como torres de Babel
Desafiantes y angulosas.
¡Qué es el mundo y su humanidad sino una errada suma de Dios y su impaciencia por hacernos infelices!
Se rieron en mi cara mi fracaso; y yo escupí en las suyas sus desdichas.
Cuánta maleza hay que cortar para buscar el sol.
Me he entretenido entre los pecados y sus vicios
He atravesado venturosas casas e ilusionado con el amor hasta la muerte;
A doncellas frenéticas que esperaron de mí
Algo más que mi pobre alcurnia
Y mis eslabones familiares desheredados;
Pero la magia está en todas partes,
Pude amar en solo instantes, las sombras
Las soledades
El cielo y el infierno en una sincretización de
horror y de amor,
Observé las elevaciones volcánicas
Sus tierras frescas, sus gentes pálidas
Su viento huracanado y sol complaciente.
Cuántas lunas me perdí extraviado entre los caminos y los designios de lo absurdo,
Pero así es este mundo y así soy yo;
Entre las ventanas de la muerte
Y las lágrimas de la vida
Pude gritar desde mi garganta ebria
Que la existencia es un reducto de cartón
Un salmo mal rezado
Una oración sin cruces…
Un horadado corazón de difundo apagado
Por las ruinas y las miserias.
Mi viaje, se trastocó en honor, en amargura con saliva verde
En cabellos largos y barbas hirsutas de vidrios y jabón bruto
Pero las caridades del amor y los esputos de la suerte
Construyeron en mí una sombra mal erguida
Una silueta desfigurada de lo que son las cosas
A pesar del extravío y la conmiseración
Después de mil días de extravío y loco complejo por
las iluminaciones de sus lunas,
Me hallo aquí, al final de mi camino aventurero
A disfrutar de la luz
Y la ensoñación del amor.
FURIA
Rabia
Cólera con hiel de veneno
Espuma en las fauces
Dolor y arrojo contra las ventanas
Que estallan a mis gritos
Crueldad en el actuar siniestro y descolocado
En dos segundos
De furia inequívoca
Un hueco grave en el estómago
Un desaliento y desgarro en las costillas
Una furia envenenada hasta el tuétano
Una herida hinchada en el corazón negro.
Un poco de sal en la vena abierta
Con lágrimas de carbón
Y un ojo que llora sangre
Desde el round cuatro
Hasta el catorce.
HAY CIUDADES QUE TE DEVORAN LA GARGANTA
Hay ciudades que te devoran la garganta
Que acogen tu espacio en un tierno beso
Que flotan junto a tus recuerdos entre las
Telarañas del infortunio.
Hay ciudades que te acompañan en los desiertos,
En tus pesadillas a oscuras y con lágrimas;
Sin embargo; yo no sé cuál es mi espacio
¿Serán tal vez las ciudades que se entreveran en mi nostalgia?
¿Serán tal vez los espacios nuevos y fortuitos?
¿Será una mañana sin prisa y sin dolor?
Cómo he sepultado cientos, miles de recuerdos,
Furias inequívocas y espasmos peligrosos;
No he roto con el pasado deshecho en mil ciudades
Entre los laberintos de la fe y el silencio.
Hay que sujetarse de dos montañas y abrazar las penas
La conciencia del recuerdo, la memoria y el olvido
Y el pesar de una transparente Odisea por distintos mundos
Y distintos besos y distintos cuerpos.
A veces las lágrimas empañan los lentes y escuecen los ojos.
Las voluntades del destino aguijonean como una lanza la costilla.
Sin embargo; hay ciudades que te reciben con una lágrima y una sonrisa
Y tienes la esperanza de empezar todo de nuevo
Un amor de estreno, un trabajo sin polillas
Una ropa de acuerdo al clima y a las ganas.
Observo mi alrededor, todo oscuro
Todas brumas y todo funesto,
Pero aparece de cuando en cuando la luz, la cruz y una sonrisa
Entonces sé que hemos desheredado las voluntades
Y solo nos queda el arrojarnos a un precipicio
De dudas y ciudades y amores
Y...
Todo de nuevo...
HENDIDURAS EN LA ESPALDA
Hendiduras en la espalda
Coronas de espinas en los ojos
Anillos de vidrio cortado
Entre los dedos de los pies.
Un fulgurante vaso de veneno
Que retuerza los laberintos de tu fe
Tu aroma-sabor-color
Que interceda por tu alma
Tus agitaciones y convulsiones
Que precipiten voluntad
Y que huya del infierno mismo
Para situarse
Un poquito más acá
Con la inquisición a tus pies
Y la obligación moral de
Un alma salvada
Entre las mandíbulas del dragón...
INSOMNIO
El insomnio se conquista con las penas
Con las toscas muletas del condenado
Con los ojos abiertos y confusos
Con el verbo del poeta enamorado.
Las noches se convierten en tragedias incas
En ritos de huacas y queros
En inhalaciones de ayahuasca y huras
En torvas representaciones de dioses muertos.
El insomnio consume la vela de tu tiempo
El reloj troglodita que acecha por tu espalda
El andar triste y mojado de tu memoria sin prisa
Las intermitencias de los espacios y las horas y los días
La prisa ya sin prisa
Los viernes que saben a sábado en las madrugadas
Asesinas.
FANTASMAS
Observo tu palacio por entre las enredaderas salvajes
Las hiedras, los pedruscos, las sombras de la noche Contemplo tu silueta entretenerse por las ventanas
Y un fulgor azul.
Cerco el balcón de tu palacio blanco
Y toco el violín azucaradamente oscuro,
El viento es mi cómplice, mi mensajero tierno
Lleva hasta tus recintos mi melodía gris
Acerca nuestros pechos como volcanes rojos
A punto de llorar y de explotar y de extinguir.
El mismo viento me acerca a tu aliento
Dulce fragancia que proviene de tu boca
Cálidos labios, lengua caliente y pasajera;
Yo saboreo tus espacios, tus suspiros y gemidos
Los siento como rosas que brotan entre el tiempo
Y los paraísos recobrados con la fruta de la muerte.
Hay amor entre mi música y tu boca
Entre las notas y tu aliento
Entre tu silueta dibujada por la tenue luz
Y mi sombra entre las piedras y la luz nociva de la luna.
Quiéreme este instante entre pájaros y gardenias
Entre limoneros de fragancias frescas y apariciones de
Los cuervos y sus alas negras.
Somos los fantasmas de una noche húmeda, casi
Fresca, mortecina y bendita por los ángeles mayores
De los cielos y los espacios eternos
Que bendicen este instante
De fulgor indomable
Entre tu amor
Y mi amor.
SUEÑOS
Te he elegido en la distancia de mi desesperación
He aplacado con tu sonrisa mis sueños
Adivinando lo que encontraríamos en un beso,
Y la loca sensación de encontrarnos después de un siglo.
Ahora,
Te estoy abrazando con la luna inquieta,
Humedezco tu boca y apostados en el lecho,
Juntos hasta los confines del universo
Mi amor...
RECUERDO
Te recuerdo en las noches de octubre
En las calles cinceladas de noviembre
En las manos blancas y gélidas que cubrían mis ojos.
Te recuerdo en los atardeceres iluminados de fulgores
En las brisas de un océano amante y grandioso.
Te recuerdo en tantas cosas
En el sabor de un beso
En el aroma perfumado
De una mañana sin tristeza.
Estoy muy lejos y muy triste,
Pero tu recuerdo
Y esas sensaciones que se posan en los laberintos
De mi consciencia
Despiertan latidos y energía
En mi polvoriento corazón.
CORAZÓN SANGRE
Te necesito en mi tristeza
En mis espacios y silencios
Azucarados con gemidos.
Te necesito en mi tristeza
En las voluntades de acariciar marzo
En las ausencias de las penas y los llantos
Y los atracos de una garganta insalubre.
Te necesito en mi tristeza
Y a tu ilusión vespertina
De tu corazón aún roto
Y mi corazón oliendo a sangre.
Nos necesitamos ambos
Como dos perros
Como dos gaviotas asustadas por los
Barcos
Como dos ángeles llorando
Por el castigo de Dios.
Te necesito en mi tristeza
En mi cuerpo, en mi oído
En mi atragantar de soledad
En el espejismo de mis lágrimas
En el aliento de mi boca
En la laxitud de mis costillas
En mi enfermedad terminal
En mi columna vertebral torcida
En mis ojos sanguinolentos.
Te necesito y tú lo sabes
Entérate en el fondo del mar
En los ecos que se desprenden
De mis gritos
En la tortuosa voluntad de invocarte
Amada
Te necesito esta noche soberbia y oscura
Esta noche incendiada de pecado y de amor.
TÚNEL
Entre los claveles rojos a la luz de los duendes
Inquirimos la filosofía venusiana
Cómo mirar hacia el espejo quebrado
Cómo enrollar un carrete de oro
Si nos preguntamos sobre los entornos
De la conmiseración.
Cuándo escucharemos voces sin colores
Estampas sin medallas
Y sencillas oraciones.
Cuándo resucitaremos a la voz de un ángel
No sabemos si mañana las pesadillas
Se envolverán en flores
Quizá extinguiremos a los infelices
Pecadores gitanos de Tahúr.
Una semilla, un canto
Un envoltorio de rosas
De claveles rojos
Una sábana, mortaja
Con olor de azufre
Una castaña que muerde a la
Civilización de otro.
Cómo escupiremos la malicia
Cómo engendraremos toneles de vino
Cómo situaremos las estrellas del Norte hacia el Sur
Cómo escogeremos las campanas de Santa Clotilde
Ni los miramientos
Ni nuestras torpezas
Ni nuestros oráculos
Pueden detener el rezo
La oración sangrienta
La conversación lenta
La disidencia eterna
De nuestro latido efímero.
NOCHE NEGRA DE LA ÓPERA
Una furtiva lágrima se le escurrió al poeta
Fue en la noche negra de la ópera
En la canción llorona de los gitanos
En la nota más dulce y más triste.
Una furtiva lágrima
Y un coro de ángeles en el estrado
El poeta llora como la nota alta de una flauta de cristal cortado.
Una furtiva lágrima se le escurrió al poeta
Y ahora no para de llorar
En las atestadas plazas públicas
En los condominios que observan al mar
En la gargantas de los perros y los gatos
En los rincones más oscuros y sucios
De la ciudad.
El corazón lo tiene horadado por una ausencia
Por un crujido de cristales y
Una sangre roja oscura
Que brota y mana y brota...
VERSOS PIRATAS Y ROJOS
Yo vivo entre eslabones culturales
Entre nodrizas vestidas de luto
Y versos piratas y rojos.
Yo escucho el canto de la laguna azul
Entre palmeras y oleadas furiosas contra las rocas.
A veces rezo un poco y luego me asusto
Siento el hedor de las campanas viejas
Y los cantos salados de las olas del mar.
Yo vengo de un país sin nombre
De una confusión suicida y cultural
De la suma imperfecta entre el asesinato y el estupro.
Ahora camino por entre las orillas
Llenas de piedras y maderos viejos.
Sonrío como Ribeyro observando el poniente
Pero no podré morir como él
Asesinado por el vicio.
Mi justicia es un recodo entre tinieblas y labios
Una andanada de giros y versos sencillos
Una muletilla blanca y una copla española
Un labio roto por el severo sol.
Mi cultura interioriza las frutas y los pies de cartón
Canta hacia las montañas
Versos sacrílegos y andanadas de pestes
Versos fuertes y amorosos y crueles
Que entienden que la poesía es la suma
Del honor y del amor.
LA GUERRA SILENCIOSA
En el tiempo y el espacio de la guerra silenciosa
Optamos por el regocijo y la violencia lenta,
El sacudón que aniquila nuestros sentidos
Y retuerce las ganas del fuego nuestro
Por siempre nuestro
Por siempre nuestro.
En el espacio he buscado el título,
Para una historia que tejí en tus cabellos
Reconciliado un poco al redentor con su futuro
Que dio un ósculo de fuego a nuestros pies.
Sin embargo, el coro se lamenta
Y las tristísimas canciones nos retuercen la garganta
Azotan nuestra condolencia en este silencio,
Que ha muerto nuestro pecado para empezar otra vez…
Y otra vez…
Y otra vez…
Haz de jugar en el paraíso,
Alma silenciosa que busca a Herodoto,
A Hesíodo y no comprende nada
Ni las válvulas de su corazón mecánico
Ni la sonrisa del demonio que defenestra el olvido.
LA FRUTA DE TU VIENTRE
En las sombras que meditan mi deseo
Vuelvo los ojos hacia tu pecho dormido,
Y entretengo las lamentaciones
En tus besos;
Y cojo la fruta de tu vientre
Y las perlas de tu cuerpo.
Hoy, como la tentación de Cristo
He conseguido la pulcritud de un designio
Metafórico.
He intentado la sutileza
Del guerrero vencido.
Hacia ti...
Hacia mí...
Con los oídos puestos en las campanas,
Aquellas infinitas,
Aquellas que nos acercan a la muerte
Aquellas que nos acercan al olvido.
DÉJÀ VU
El mundo aparece ante mis ojos y se esconde luego como por un temor, escóndete lucero vespertino, mi presencia ha hecho daño a demasiado mundo, y a ti también te perderá en alucinaciones y reverberaciones; quiero sentir esta noche que la lluvia ha empapado el silencio, la soledad y la tierra de este paisaje. Lo que deseo ahora es señalar el viento que acaricia mi piel, ella llega caminando por la playa y sucede: Ese baile en escena, la ropa le molesta y su cuerpo dibuja esa silueta perfecta. En la playa que atardece y la emoción de verla tan bella, me hace caer absorto de rodillas, contemplando cada dulzura de movimientos en armonía con el viento. Pureza de las olas que baña sus piernas, isla tropical en un atardecer de sueños y me pierdo en las pesadillas que me vuelan la cabeza para despertar otra vez convertido en un monstruoso insecto, que no encuentra un motivo de ausencia más que su propio sueño. Duerme dormilón y la noche de pasión, París espera, no... Es la isla tropical cal cal caminante sol junto a ella.
LAS MAREAS Y EL AMOR
“Si llegas a saber que mi navío
ha sido hecho prisionero , di que he muerto "
Cosme Damián de Churruca
Las mareas traen gritos de desaparecidos
De marinos náufragos y ecos desesperados
Las mareas traen risas y carcajadas sueltas
De otros tiempos, otros siglos
Y otras lenguas.
¿Cómo las mareas traen estos vestigios?
Estos candelabros llorosos y de espanto
Esas luces de barcos que gimen
Ante las tormentas furiosas y asesinas.
Solo entiendo que nos llegan las voces,
Las luces, los gritos y los llantos.
Son efluvios de tantos siglos
Y tanto amor por el mar formidable,
Y las aves hacia el poniente volando.
El mar bifurca una filosofía entre el bien y el mal
Las alas de la liberad y la locura,
Los espolones y las grietas de las guerras
Los besos de mujeres inquietas al borde de un puerto
La temeraria voluntad de los hombres
Y el fragor en Trafalgar entre los cañones
Y la llegada de la noche
La llegada de las mareas
Que arrastran para siempre sus penas
Entre huracanes y vientos y brisas
Y la soledad de un desdichado
Frente al mar.
¿?
El corazón es un gitano redentor
Su locura atraviesa los espacios y los silencios
Los versos se compaginan en papeles rotos, sucios
Olvidados por el viento del mar.
Mi humilde corazón se extravía
En las apariciones y los sueños rotos
No lloraremos entre los crepúsculos y las colinas
Entre la sierra amarilla y los lagos fríos y negros.
Mis viajes son retazos buenos y esculpidos por lágrimas
En piedras gruesas.
En un reducto del corazón
Solo un espacio repentino y frío
Donde acuden los desengaños y traspiés deformes.
Juntaremos las manos como para un rezo
Y ahondaremos abluciones espirituales y tiernas.
Los besos son campanas de iglesias
Son avisos iluminados y redentores
Acompasan los tormentos del infortunio
Y transitan entre el velo y la luz.
Osamos conocer el universo
Amedrentar la oscuridad del papel en blanco
Inquirir los oficios de la inquisición.
¿Volveremos a amar acaso como los niños?
¿En una suave luz y un beso efímero?
O lloraremos en los candelabros de fuego
Y la cera contaminada por la angustia de los muertos.
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